acaricia una imagen que aún no tiene esencia, no limites tus sentimientos, que algún día nacerá un beso etereo que conjura dos cuerpos hasta el límite del cielo.
Profeta y verdugo que mi alma toco y convirtió mi herencia en gilaho, yo te entrego mi calukha como presencia de mi alma.
Hermoso ser lleno de letras inalcanzables que me tocan cada noche triste de mi petao cha.
No es la calma del alma la que te ofrezco, es la paz de mi cuerpo la que tiembla cuando renace con tus cartas.
Bebe de mi sangre hermoso profeta, bebete mi vida que pronto renacerá un nuevo sol en tu pecho. Y ese sol será mi esencia en tu kara presencia.